13 abril 2007

300: La definición de héroe según Frank Miller y Zack Snyder.

Cuando la película 300 ya lleva un par de semanas en cartel, arrasando las taquillas en todo el mundo y llenando páginas y páginas de Internet, con debates encendidos en foros y blogs con reseñas para todos los gustos, me toca a mí hablar un poco sobre Frank Miller, su obra en papel y su adaptación al celuloide.

Hablar de Frank Miller como autor es entrar en un debate apasionado entre gente que lo admira y otra gente que lo odia o desprecia. Sus obras han sido acusadas de simplistas, maniqueas, arquetípicas y delicadas o ambiguas ideológica o políticamente hablando. Pero también tiene emoción, aventura, intriga, lirismo, épica, y unos enfrentamientos entre el Bien y el Mal algo tópicos pero no por ello menos interesantes.
Centrándonos en 300, el propio Miller explica el por qué de origen:

"El León de Esparta era una película grandiosa para un chaval de cinco años; la historia de los espartanos y su sacrificio me impresionó para toda la vida. Así que se convirtió en el proyecto que siempre tenía en mente para el día en que estuviese preparado. Ni siquiera empecé a prepararme para hacerlo hasta que no hube visitado el campo de batalla en Grecia. Entonces empezó un intenso periodo de investigación, porque nunca había intentado nada parecido.""Cuando ví El León de Esparta, lo que ví, más allá de ser un niño que veía todas esas capas rojas y esos chulísimos cascos corintios, fue mi primer contacto con una historia donde se planteaba la noción del sacrificio heroico. Hasta aquel momento para mí los héroes siempre habían sido gente que hacía lo que había que hacer y que recibía una medalla y una ovación. Nunca había visto una historia en la que alguien hiciera lo que había que hacer y le costara la vida."

Es toda una declaración de principios, no?

La película tenía ante sí un difícil reto. Una traslación literal corría el riesgo de resultar fría, sin alma. Sin City podía caer en este error, ya que las viñetas en blanco y negro del cómic, con esa estética de serial pulp, acaba cansando y cargando al espectador que ve un mismo esquema repetido tres veces en corto espacio de tiempo, todo ello narrado por una voz en off que acaba resultando monótona. Técnicamente fue impecable, pero en mi opinión, le faltó “alma”, algo que transmitiera alguna emoción un poco más allá del “Como mola, han clavado las viñetas!”

Y lo han conseguido. Zack Snyder me cayó simpático por ser uno de los pocos directores que consiguieron hacer un remake digno hace un par de años. Con torpes remedos actualizados de películas clave en el género de Terror como Las Colinas tienen ojos, La Matanza de Texas, La Niebla…Resultaba refrescante como un chaval primerizo se atrevía a rehacer el Amanecer de los Muertos, del maestro zombie George A. Romero y salir bien parado en el intento. Me gustó su ritmo, la acción trepidante, los personajes, el humor negro…y por supuesto, los zombies. A mucha gente le debió gustar también, porque fue un taquillaza importante y Warner Bros confió en Snyder para meterse en un proyecto “basado en un comic”. La implicación de Frank Miller en el proyecto ha sido clave, y cada foto, cada making off que veíamos en Internet, con tipos musculosos con capa roja y escudo delante de una pantalla verde, generaban unas grandes expectativas que esperábamos no fueran defraudadas. Parecía que iba en serio, que “lo estaban haciendo bien”.

A éstas alturas, todo el mundo sabe ya de qué va la película. Jerjes, el Dios-Rey persa que arrasa todo a su paso hacia la conquista del mundo, se encuentra con la resistencia de los griegos. El espartano Rey Leónidas, desoyendo las órdenes del consejo democrático de no ir a la guerrra, reunirá a 300 de sus mejores hombres y se lanzará a la batalla. La superioridad numérica de los persas no importa a Leónidas, gran estratega, que utilizará el paso de Las Termópilas para causar numerosas bajas entre los hombres de Jerjes. Aun con ésta ventaja táctica, sabe que es una misión suicida, pero eso no le importa, ya que es un espartano.

Y eso es lo que se nos muestra. Una introducción brutal, de cómo se entrenan los niños espartanos y cómo creció Leónidas para convertirse en Rey, deja paso al desarrollo principal de la trama. Leónidas es un guerrero, es parco en palabras y arrogante, y así se lo hace saber a Jerjes, arrojando a su mensajero a un pozo sin fondo…Se declara así la guerra entre Esparta y Persia y comienza la Batalla de Las Termópilas, una batalla que será el leit motiv de la película.

Me ha parecido muy acertado el uso del color, con esas texturas que evocan las viñetas del cómic. Para quien no lo haya leído, es cierto que resultará “raro” ver ese efecto en pantalla, pero los fotogramas tienen tanta fuerza que impactan visualmente. Y es toda la película así, un auténtico derroche de imaginería visual y atención a una estética muy cuidada.

Podrá parecer poco rigurosa históricamente, pero es que no pretende serlo. Es una película de aventuras, de las de toda la vida, solo que utilizando una mezcla de nuevos lenguajes audiovisuales, como son el del cómic y el cinematográfico, pero evolucionados. Miller experimenta con el color, con la narración, con el ritmo entre viñetas y entre páginas…y Snyder se aplica el cuento y utiliza algunos recursos que ya hemos visto en otras películas, sí, pero no de ésta manera, tan “intensa”. Es curioso que uno de los comentarios más escuchados entre los espectadores haya sido el “Por fín una batalla que me entero de lo que está pasando”. Y es que…ya estaba bien de cámaras epilépticos y confusos primeros planos! Ver luchar a los espartanos a cámara lenta, ver cómo fintan, como esquivan, cómo preparan su siguiente movimiento y lo ejecutan, es una pura delicia. Una banda sonora muy adecuada enfatiza la acción, la brutalidad y la violencia del campo de batalla, pero también se ajusta a los momentos más intimistas, cambiando las percusiones y las guitarras por coros más suaves en las escenas protagonizadas por la Reina Gorgo en Esparta.

Por supuesto, Leónidas es el que se come la pantalla. Su presencia, su porte, su arrogancia…y por supuesto, sus frases molonas y lapidarias quedan muy bien en una película que no pretende otra cosa que entretener de la manera mas “cañera” que Frank Miller conoce tan bien. Y luego están los espartanos. Desde el capitán, que pierde a su hijo en combate y sigue al lado de Leónidas, hasta Dilios, que vuelve a Esparta para contar la historia de lo acontecido en Las Termópilas…todos son soldados, fieles a Leónidas y a Esparta, y lucharán a su lado hasta el final.

Ah. Que también hay que hablar de Jerjes. Bueno, que decir del rey que se cree Dios, que iba arrasando país tras país, civilización tras civilización, con un ejército que hacía retumbar el suelo que pisaba de lo numeroso que era…Pues que lata de doblaje, señores. Miller en el cómic dibuja un Jerjes exagerado, inmenso, inhumano…pero casi caricaturesco e histriónico, como contrapunto a la frialdad de Leónidad. Pero en la película se pierde esa imagen, esa fuerza visual de la viñeta, y vemos a un Jerjes reinona, exagerado, si, pero demasiado amanerado en sus gestos y poses, todo ello empeorado por un doblaje que, ay, causó bastantes carcajadas en el cine. Estoy seguro de que la versión original sonara bastante más “dura”, porque la adaptación al castellano, así como su discutible doblaje con no me han gustado nada. A mucha gente tampoco, como las risas atestiguan. Porque la escena original es épica y molona:


En fin, 300 es una película polémica, discutible, exagerada, excesiva, pero no por ello menos interesante o entretenida. El cómic en que se basa ya va por su novena edición, casi 10 años después de su primera publicación en España, y ha gustado a los fans del cómic, críticos y público en general, que se han dejado llevar sin prejuicios por una peli de aventuras, un peplum de los de toda la vida, pero hecho con medios actuales y utilizando un tipo de lenguaje que no deja de evolucionar y sorprender.

Lo Mejor:
sus viñetas en movimiento, su tratamiento del color, su macarrismo épico, una banda sonora muy acertada, los combates a cámara lenta junto con una exaltación de la violencia “a lo Peckinpah”, la formación de combate de los espartanos, una sensación de épica y aventura que consigue clavarte en la butaca, que es bastante bruta para ser de Warner…

Lo Peor:
Su doblaje, la trama de la Reina que no estaba en el cómic, un poco de abuso y reiteración de ciertos efectos y efectismos, una escena de sexo fría y metida con calzador…y que algunos no hayan sabido ver una peli de palomitas y les decepcione el (poco) rigor histórico o les incomode su lectura ideológica o política.

(Extracto de la entrevista a Frank Miller sacado de la Guía del Cómic, publicado originalmente en U, el hijo de Urich #15 (La Factoría de Ideas, marzo 1999), las fotos son de la imdb y el escaneo de la reinona es de Jotace...)

4 comentarios:

M.J. dijo...

Yo me lo pasé bomba matando persas y es todo lo que tengo que decir... Sólo me queda añadir:

AHOO!
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Anónimo dijo...

bueno la peli es genial considero quie deberian haber mas peliculas donde demuestren con imagenes audio visuales lo que sucedio en la historia

Anónimo dijo...

bueno la peli es genial considero quie deberian haber mas peliculas donde demuestren con imagenes audio visuales lo que sucedio en la historia

Anónimo dijo...

esta pelicula puede tener los efectos que quieran, peor nada de historia, ese rey jerjes prese rey de una tribu africana, de ahi van a usar elefantes , eso nunca paso... no pasa nada con la pelicula.